6 de abril de 2011

Si yo no soy la única , entonces, tú tampoco.

Ayer conversé con un amigo quien abiertamente me contó que estaba esperando un bebé. Al igual que yo, ellos tampoco estaban planeando un bebé en sus vidas, así que cuando les llegó la sorpresITA, sus reacciones no fueron muy diferente a la mía. Lloraron, se confundieron, se negaron, siguieron llorando, aceptaron lo que estaba sucediendo y finalmente dejaron de llorar. ¡Wow, no soy la única! - tontamente pensé. Pues, ¡claro que no soy la única!. Por año nacen toneladas de bebés bajo diferentes situaciones. La suficiente cantidad de bebés como para crear un país gobernado por bebés. En donde no existan reglas absurdas y en donde el único lenguaje sea el "tatatata".

Entonces, ¿por qué nos dejamos ahogar con tantos miedos ahora en esta nueva etapa?. Así como ahora, también tenía miedo cuando era el primer día de la escuela, cuando tuve mi primera relación sexual, cuando salté de un canopy, y también tenía pánico en los 50% de los parciales en la universidad (en este caso admito que tal vez porque no estudié 50% de los exámenes). ¿Y qué pasó ? Lo intenté, no pasó mucho y hoy estoy aquí , parada, sana y salva!.

Yo no puedo decir que una mujer muy valiente y tampoco pretendo. Demasiada responsabilidad y peso para estos hombres. Pero estoy segura que en cuanto a ser madre/padre, NUNCA vamos a estar listos para serlo por primera ni por última vez.

Hoy estaba pensando en cómo enfocar este blog. ¿Qué hacer? , ¿qué escribir?, ¿seré aburrida para los lectores?. Les confieso que enfocarme en algo me cuesta más que iniciar. Entonces me pregunté el porqué la necesidad de abrir un blog. La respuesta siempre me ha sido clara: ayudar de alguna forma a aquellas mujeres que se sienten perdidas en esta etapa. No es fácil. Jamás juzgaría alguna situación en particular, pero si les puedo decir que es más simple de lo que es. No estamos solas ni seremos ni las primeras ni las últimas. Y siempre, cuando me siento agobiada, trato de tener empatía y tener en mente que así como el panorama pudiese ser mejor, también existe la misma posiblidad que pudiese ser peor, o tal vez mucho peor eh.

Recuerdo una famosa frase de un libro español que leí : "Nunca estoy solo con mi soledad". No estamos solas en esto.

Aquí les copio el link famoso vídeo de los gemelos hablando entre ellos. Me fascina y me sube el ánimo como no tienen idea! http://www.youtube.com/watch?v=Gh8YE6Jntzo

25 de marzo de 2011

Qué religión para mi niñ@?

Recuerdo cuando estaba en el 10º grado del colegio católico cuando le pregunté al profesor de religión , quien había estudiado para ser cura, qué pasaba si yo no creía en el Niño Dios, Espíritu Santo, Papa Dios....

Para mi sorpresa, aquel profesor, pareció entender mi duda en cuanto a la religión y me dijo una de las frases mas sabias que he escuchado en mi vida: "no te preocupes, si haces el bien y evitas el mal, vas a estar bien, hija".

Esta frase corta está recogida en la gran mayoría de las religiones. Hasta el día de hoy, mi postura aún sigue siendo apática en cuanto a las religiones. Considero que es una de las grandes barreras entre los individuos, pero sin ahondar en el tema de qué pienso acerca de religiones, me pregunto: ¿qué religión llevará mi hijo?.

Vivo en un país arraigado a las creencias religiosas y culturales. ¿Será correcto bautizar a mi niño por esta presión social? Si no lo hago... ¿mi hijo será motivo de discriminación o rechazo social? ¿Estaré pensando en mis locas ideas, y no en el bienestar de mi hijo? ... y podría seguir enumerando preguntas.

Decidí no bautizar a mi hijo bajo la religión católica ni iniciarlo en alguna otra. No lo hago por mí, lo hago por él. Cuando tenga suficiente edad y después de haber investigado sobre este tema de religión - si quiere, estará en la posición de decidir si celebrar semana santa, ramadán, meditar un año bajo algún árbol, o bien celebrar hanukkah.

Por mi parte le inculcaré buenos valores y ayudar a despertar la búsqueda de su propia verdad.

Veamos cómo nos va.. ! ;)

24 de marzo de 2011

Ooops..! Estoy embarazada





Hace un par de semanas que me enteré que estaba embarazada. Como a muchas les habrá pasado, la noticia de ser mamá siempre es sorpresiva: te sorprendes de que estés embarazada porque lo buscaste tanto, o tal vez porque no te lo esperabas. En mi caso, no esperaba tener un hijo.
Dicen que cuando encuentras al amor de tu vida, el tiempo se detiene. Tal vez aún no he encontrado el amor de mi vida porque no me ha pasado, pero sí se me detuvo el tiempo cuando tenía el examen de embarazo en mis manos: Positivo (+).

Durante los primeros días me vi agobiada en infinitas frustraciones: mi futuro profesional, mis planes de estudio, el fracaso de mi última relación amor
osa, ser madre soltera, el apoyo de mi familia y amigos, ¿seré soltera toda mi vida?, mi cuerpo, tu vida social, y un sinfín más de ideas relacionadas que vienen y van.

Fueron muchos los días que lloré y no aceptaba esta nueva situación. La idea del aborto, acompañada de un gran temor e inseguridad, me pasó por la mente unas cuantas horas. A los días desapareció. Vale la pena mencionar que n
o tomé la decisión de tener a mi hijo por miedo a alguna religión, ley o presión social. Algo en mí rehusaba la idea de no tener a este hijo: ¿instinto maternal? - no lo sé. Tampoco puedo mentir al decir que estaba completamente feliz con la decisión que había tomado. No estaba feliz, y por algún par de días más, dudé si había tomado l
a decisión correcta.

Pero sobre el punto anterior hago una pausa. Nuestro cuerpo y mente cambia. Nuestro cuerpo nos está preparando. Nuestra mente está asimilando la nueva noticia. La mente necesitará tiempo para entender qué sucede. Así que me apoyé en esto para entender porque no estaba feliz.

Cuando transcurren las semanas, te comienzas a preguntar: - ¿y ahora qué?. Averiguas, te instruyes, lees, preguntas y repreguntas al doctor, lees nuevamente, imaginas, ríes, también lloras, te frustras de nuevo, vuelves a reír, y en un abrir y cerrar de ojos, tu bebé está contigo!

Mis pensamientos antes sobre la maternidad eran remotos, y decía que no estaba lista para esta gran labor. Hoy tengo 11 semanas de embarazo y tampoco sé si estoy lista para ser mamá, pero tal vez nunca lo hubiese estado. Sonará cliché el decir que no nacimos con un manual de cómo ser madre, pero tampoco nacimos sabiendo cómo caminar ni cómo leer.

-¿Y ahora qué?. Ahora sigo viviendo. Y hoy publico este blog para compartir con todas aquellas madres solteras, no solteras, o simplemente futuras madres.